Terapia de pareja

Hay ocasiones en que los conflictos afectan a la relación de pareja: se pierde la comunicación, las discusiones son cada vez más frecuentes, se deteriora la convivencia a la par que se reducen las muestras de afecto y cariño entre sus miembros, se resienten las relaciones sexuales, se vuelven escasas, insatisfactorias o rutinarias, cada vez hay más distancia y frialdad entre la pareja… Otras veces los problemas se derivan de relaciones con terceros, celos, violencia, etc..

En cualquiera de los casos, la pareja tiende a aguantar todo el tiempo posible tratando de resolver el problema o conviviendo con él. Los intentos por solucionarlo no siempre dan el resultado esperado. Entonces suele ocurrir que una de las partes, o ambos, plantean la separación o asistir a un terapeuta.

Consultar con un psicólogo puede ayudar a resolver los conflictos o a tomar una decisión (en caso de no tener claro si continuar con la relación).

Si vuestra relación no funciona como al principio, si las cosas no están como os gustaría, hay posibilidad de mejorarlo. La clave es hacer algo diferente a lo que hasta la fecha habéis hecho. Una diferencia es hacer terapia de pareja.

Ante la posibilidad de hacer terapia, uno de los miembros puede mostrar mayor interés que el otro. Ésto no implica que quien se niega no desee solucionar el problema. En ese caso, se trabaja con la parte dispuesta a participar en la terapia. El cambio en un miembro genera cambios en la relación.