Familias y Neuropsicología

Los diferentes tipos de enfermedades neurodegenerativas así como los daños cerebrales adquiridos conllevan una importante repercusión sobre los familiares y amigos del afectado. El impacto emocional es indiscutible, principalmente en la figura del cuidador principal quien, además, suele ver truncado en mayor o menor medida su proyecto vital (especialmente los cónyuges); a veces, también es necesario redefinir los roles en la pareja, o en la relación familiar, lo que no está exento de dificultades y tensiones.

A menudo, el entorno significativo no entiende los cambios cognitivos y emocionales que se han producido en su familiar o amigo, al principio se muestran confusos y, conforme pasa el tiempo, y éste no retorna a su nivel premórbido de funcionamiento, aparecen diferentes sentimientos: irritabilidad, cansancio, rabia o frustración son frecuentes, junto con la culpa posterior por el simple hecho de sentirlos. En otros casos, domina el cansancio y la indefensión, al no saber muy bien cómo actuar y enfrentarse una y otra vez a las mismas dificultades sin éxito.

Todo ello, da lugar a una situación de estrés que puede desencadenar otro tipo de trastornos (afectivos, psicofisiológicos, etc..).

Por tanto, ante un daño cerebral o neurodegenerativo es aconsejable solicitar ayuda profesional. La familia necesita comprender qué le está ocurriendo a su ser querido, así como aprender a manejar las complicaciones derivadas de la nueva situación. Además, los familiares tienen un importante papel como co-terapeutas en el proceso de rehabilitación del afectado.